El Defensor del Pueblo, Eduardo Lor, tras su breve periodo estival, y tras haber viajado por el mundo entero durante 15 años por los principales destinos turísticos del mundo, según él para ver cómo se defienden otros pueblos (desde la katana al fúsil semiautomático), y tras acordarse de que tiene familia en España, ha decidido volver para que no se diga que no hace nada por todas esas pobres multinacionales y empresas extranjeras que podrían defenderse solas por sí mismas pero que, para ahorrar costes, cuentan con los servicios de nuestro servidor público. Por lo que han decidido realizar una petición al «misterio de la economia» para que realice un plan pensando en estas sufridas empresas, que han pasado de los 5.000 millones de beneficio neto a tan solo 4.000. Así que, para luchar contra tan maña injusticia, y pensando en el interés general y concreto de estas menesterosas empresas, la ministra del ramo, Carmen de Suspensión de Pagos ha aceptado el envite (y la tapa de tortilla también).
«Para realizar el plan de desarrollo que nos saque del hoyo, debemos ser ambiciosos en los plazos», afirma la ministra; “será a 300 años vista.» Y añade que “no debemos alargarlo excesivamente». Por ello, nuestro corresponsal en la capital mesetaria (foco de nada bueno y propuesta para sustituir a Sodoma en la nueva traducción de la Biblia al catalán propuesta por Cucurrull), Enrique Equiquepasa –Becario, además repartidor de Pizzas en Carabanchel–, ha decidido de motu proprio cubrir este evento (porque nadie le había dicho que fuese; bueno, no suele haber nadie en la redacción, la verdad), que quizás sea el principio del comienzo del primer atisbo de la salida de la crisis.
Así que aquí le dejamos la crónica de Enrique, que tenemos que bajar al perro a la calle.
Desde de la capital del Imperio donde nunca se pone el sol (aunque ahora es por la polución), y tras recordar los viejos tiempos en que me colaba en los locales de Malasaña para ver a mis ídolos como Chimo Bayo, acudo a la Moncloa a cubrir un acontecimiento que fue un antes y un después en la Historia de España. Nos referimos al “Plan Económico General para sacar a España del lodazal».
Al verme apelado (y también amenazado) por la seguridad de Moncloa (como en mis viejos tiempos con los porteros de discoteca), según la cual no podía cubrir el acto vestido con el uniforme de repartidor de «Tuaminome-Pizzas», me vi obligado a volver a Carabanchel, tras sortear a un tal Manuel –que quería un euro p’al metro– y a un combo de jóvenes salvadoreños que me entretuvieron, antes de coger la moto, con unos juegos malabares con un cuchillos de matar serpientes en el Amazonas. (No les gustó nada que rechazase ponerme en la pared, les dije que tenía prisa, bueno, otra vez será.)
Finalmente llegué –no sin antes comerme un atasco considerable–, sudando y mirándome la corbata, llena de gotas de sudor más grandes que las burbujas de la nariz cuando me quedo dormido en la cocina de la pizzería; pero, debido a mi lamentable aspecto, la seguridad de Moncloa volvió a impedirme la entrada (tampoco estaba acreditado, la verdad), así que cubrí semejante acto histórico desde la ventana de la Moncloa, manteniendo el equilibrio con más dificultad que las que tuvo nuestro presidente para explicar lo de su «doctorado».
Aunque había llegado 40 minutos tarde (realmente no estaba preocupado; estamos en España, pensé para mí), esperamos otros 15 minutos más yo y mis compañeros del gremio. Finalmente, el gabinete ministerial comparece, y tanto unos como otros me compadecen, al verme allí subido en la ventana, con dos avispas asiáticas rondándome como dos chicas a Messi un sábado noche en posición de ataque en un local de copas.
Comienza, pues, la comparecencia de la ministra, acompañada de su subsecretario y de su perro «Toby», que es el que se come los informes económico-estadísticos cuando no salen las cuentas, antes de presentarlas a la opinión pública.
Dada la transcendencia de tan magno acto, y para que veamos que se toma en serio las preguntas de los periodistas, antes de quedarse dormida da vueltas y vueltas a los folios para intentar colocarlos, una y otra vez, mirando con cara desafiante a los periodistas no afines. (Debía gustarle mucho Locomía en su juventud.) Cabe añadir que nuestra ministra está muy concienciada con la defensa de los derechos de los animales: como jurista, defendió a su cuñado en el famoso caso de ir a 200 km/h por la Gran Vía causando la muerte a 13 personas.
Toby ladra inmisericordemente para abrir la rueda de prensa, y para señalar a los periodistas desafectos. “No se preocupen, hoy mismo lo he vacunado contra la rabia”, dice la ministra, y después de unos consejos publicitarios de la multinacional alemana Unnombrepaatragantarsen, fábrica especializada en tornillos para las personas que los pierden cuando montan los muebles de Ikea.
Comienza la rueda de prensa, pero antes se hará una presentación (en esta ocasión sin música del NODO y sin el Word pirateado) para mostrar este plan genial, como las anillas del canutillo donde van impresos –porque por los recortes no hay dinero para pen-drives, infiere la ministra.
–Buenas tardes a todas y todos. Bueno, como todos saben, hemos convocado a los medios «deformativos» –comienza la ministra– para que den noticia y autobombo (que para eso los subvencionamos) a este plan económico que hemos encontrado en el «Rincón del Vago». Les ofreceremos unos trazos sucintos (porque las 500 páginas restantes son paja) y tenemos entradas para ver el Rey León (el león que sabía leer), así que tenemos un poco de prisa. Acto seguido les entregaremos un folio donde redactarán las preguntas que deseen formular; les rogamos que si son molestas o incómodas para nosotros –sigue advirtiendo la ministra– nos den su teléfono o dirección, por lo que les pueda pasar. Al finalizar la exposición entregaremos los folios respondidos como tipo test.
Después de ir al baño nuestra provecta ministra, ya que el tinte del pelo se le hacía añicos con los focos de la sala, comienza explicando que este plan va por comunidades y naciones –“para que no se ofendan en Barcelona”, espeta la ministra–. El corresponsal del ARA, Joan Abansdesembrar, emocionado, le manda un beso a la ministra, tras lo cual «Toby», ladrando cual tertuliano, asusta a Joan, que, indignado, bufa «Gos espanyol!», y el redactor de «ABC» se le queda mirando con ganas de darle una ostia, pero recuerda que antes debe comulgar (antes de dar las ostias, se entiende).
De repente se funden las luces. “Tranquilos”, dice sosegadamente la ministra. “Tras no poder pagar la deuda externa, Soros nos ha cortado la luz. No se preocupen, tengo un lápiz laser que me viene muy bien para practicar con la mira telescópica para cargarme a los no afines mientras les presento el plán”, concluye.
–Comencemos por la comunidad Gallega –prosigue la ministra–. En esta deprimida comunidad autónoma (deprimida toda ella en general: no solo la gente), se fomentará el turismo gastronómico; además del famoso marisco y carne de la tierra de Cela –añade–, se regalará a cada turista una bolsita con un producto popular de la tierra, lo que aumentará no solo la «colocación» en Galicia sino también de la de los turistas como es natural. Y, como no, safaris en la bella naturaleza eucaliptera gallega; también, combates de UFC en «Os Caneiros». Y reactivaremos los astilleros, fabricando pateras que venderemos a algún monarca del Magreb. La ciudad de la cultura se usara de botellódromo, para sacarle algún uso útil a este monumento suntuoso. Y nuestro compañero, el alcalde de Vigo, también nos ha propuesto reactivar la industria de ocio en su tierra natal: él llevará lo de las luces y escribirá guiones para comedias –concluye muy motivada. (parece que hace años que no leía tantas líneas seguidas).
La comunidad de Madriz se transformará –explica– en una zona franca, para que agencias de calificación como «Lemanguin Brothers» puedan instalarse y calificar y recalificar lo que quieran, a poder ser terrenos rústicos. –Se levanta el redactor de Intereconomía, tras la siesta que se estaba pegando. “Ah, pensé que me estaban llamando, perdonen.”– Prosiga durmiendo –Sonríe la ministra. La seguridad de Moncloa le quita la cartera mientras duerme–. También la empresa de cosméticos «Lonormal» instalará una fábrica de lacas en Majadahonda, se prevé que tan solo con los pedidos de doña Esperanza Aguirre haya carga de trabajo al menos para diez años. Además, Florentino creará una fundación para reunir fondos; de este modo, pagaremos los desfalcos que provoque directamente, y le desgravará a Hacienda, pero nos ha prometido a cambio fichar a Benzebien, jugador muy humilde y no putero. Y, para terminar, y a propuesta del PP, se potenciará la industria papelera, en especial la del sobre.
En Catalunya se reactivará la industria textil con la fabricación masiva de «esteladas», y podemos decirles que también la industria farmacéutica –señala la ministra–, pues hemos tenido una reunión con el fabricante del fármaco «Tranquimazín», quien, tras haber visto una importante cuota de mercado en tierras catalanas, construirá una gran factoría que empleará a 2.000 trabajadores; además, el gobierno del que formo parte fomentará en Catalunya una entrada masiva de psiquiatras y psicoanalistas argentinos, pero con la condición de que no se dediquen a la política. La investigación genética se fomentará en colaboración con la Generalitat, entre otros objetivos para conocer si lo del bache genético es por falta de ingesta de ratafía o, simplemente, porque «els unionistes són uns fills de mala mare».
Mallorca, para obtener líquido para las arcas del estado, y tras previa comisión del ministro respectivo –expone la ministra–, será vendida a Alemania. A cambio, los alemanes nos regalarán salchichas y calabazas (sobre todo calabazas), durante 30 años.
En Murcia instalaremos las mejores empresas de «coaching» del mundo para elevar la autoestima y productividad de los murcianos, y que dejen siempre de dar explicaciones y pedir perdón por ser de la Manga. También instalaremos los estudios de cine «Pablo Conejo», con un complejo editorial donde se editarán los libros de autoayuda más populares, y socialistas, qué coño –concluye–.
En Andalucía y en Extremadura, y tras nombrar a Bertín Osborne consejero de economía, crearemos puestos ficticios de trabajo para que se pueda cobrar lo de los ERES sin problema. Además, se fomentará la industria aeronáutica, no solo en Sevilla sino en toda la región, para que hombres de orden, se puedan llevar «els diners» a Panamá a menor coste (tras llamar vagos al resto de sus paisanos, claro está).
Y, como ancha es Castilla, llenaremos la comunidad de trasteros de «Bluespace», donde se podrán meter inmigrantes ilegales y explosivos (no se preocupen, aquí no les detendremos); el resto de comunidades las alquilaremos a chinos y pakistaníes en régimen de «siervos de la gleba».
–Y finaliza la ministra– Buenas tardes, espero que haya sido de su interés. Vamos, «Toby» –la ministra apela a su cánido–, que el musical empieza dentro de una hora.
Tras caerme de espaldas de la ventana de la Moncloa y destrozarme mi traje, y ser el único periodista que no se había quedado dormido, aquí dejo este documento excelso que llevará a España de nuevo por la senda firme (otra vez me he vuelto a tropezar) y segura de los planes copiados del Rincón del Vago.