Desde que me marché de Farselona a mis tierras extremeñas que he intentado pasar de las cosas que ocurren en Castalun-ya. Mis primos de Badajoz, esos “Belloteros”, que a los de Cáceres nos llaman “Mangurrinos”, muy “progres” ellos, se entusiasmaron con la peli “El 47”… maravillosa, reivindicativa con la memoria histórica, comprometida con los emigrantes en Cataluña y su lucha por un barrio digno… ¡hay que verla! Pues yo ni verla. No quería verla, me temía que sería una estafa. Me pasó con el «Cuentame» que quería reescribir la transición: La transición para bobos. Una vez aguante al pelmazo de Monedero que pretendía explicar la transición a sus padres o algo así… ¡será mamón! que yo la viví, ¡leches!

A veces me pregunto como se puede considerar a alguien emigrante sin salir de tu país… eso solo pasa en España, ya te digo.

Lo dicho. A la post-progresía de la post-izquierda realmente existente le encantó la peli. Son ansina, están tan encantaos de conocerse que se lo creen too.

Después empezaron a aparecer críticas de gente seria, gente que había vivido por Torre Baró, de gente que se conocen la historia real, lo que pasó. Si tienen interés busquen, que se encuentra. Bueno, una sola cosilla de un pijoaparte que se escapo del gueto, que a pesar que va de izquierdista se cambió el nombre para pasar por catalanito de pro: Jorge Cuevas.

Después vino el Marc Garrido, otro que tal baila, a verme y me dio la matraca, aparte de lo de la Vonder Leches, de lo emotiva, aunque tramposa que era la película de “El 47” y yo que ni puto caso, que seguía en mis trece de no verla.

Hasta que el otro día la Manuela, no pregunten quien es, me convidó a cenar en su casa unos callos con garbanzos, pa mi, porque ella se comió una ensaladita de nada, por aquello de mantener el tipito, y se encaparró (vaya catalanada os acabo de colar, ¿eh?) en ponerla cuando yo ya había colocado mis posaderas en el cómodo sofá que tiene frente a la tele. Total que hice de tripas corazón y me la envaine… que la vi… que se os va la olla y aceleráis la historia.

Me pareció una estafa, una estafa a la clase obrera de 9Barris, a la clase obrera de Farselona, a la de Castalun-ya y a la de too el stat-spañol, España para la personas que no le importa decir las cosas por su nombre.

El barrio de cartón-piedra, parecía una peli romántica: La monja y el charneguito agradecido. A ver, en aquella época el catalán no se oía ni en 9Barris ni en el Karmelo, ¡te lo digo yo! que andaba por la Asociación de Vecinos del Karmelo, en la calle Feijóo… ¡Manda coojone ese era familiar del gacho del PP! Uff. Y la gente peleona de las asociaciones de vecinos hablaban en español, claro que había gentes que hablaban el catalán, pero no eran mayoría ni pretendían en aquel tiempo imponerlo y menos tratarnos en plan paternal.

El prota no hablaba catalán ni con su señora que era más catalana que el Pujol, y no pasaba nada.

Es una historia falseada en la que ignoran la realidad de lo que pasó. Todo lo organizó la izquierda, que en aquel tiempo era seria, el PSUC y otros partidos de izquierdas y Comisiones Obreras, cosa que no se ve en la película.

Y lo del Maragall paseando por esos barrios de obreros… ¡por favor!, yo me lo cruce un día, si, por Sant Gervasi, el con guardaespaldas y yo picando en una zanja.

Parecen querer imitar las pelis americanas del hombre hecho a si mismo, cuando la realidad es que aquello no fue una acción individual, si no organizada desde una sociedad que aquellos tiempos estaba comprometida política y socialmente. M’estoy haciendo viejo.

La estafa emocional viene con el “Rossiñol yendo a Francia” y un imposible canto, en aquella época, y en esta me temo, del “Gallo Rojo, Gallo Negro” de la también inventada hija del Manuel en el Palau de la Música Catalana, centro neurálgico y emocional del nacional-catalanismo y de su corrupta esencia.

Obsérvense los aplausos emocionados del publico de publillas y hereus ante el Can dels Ocells y el silencio sepulcral tras el “imaginado” solo del “Gallo negro, Gallo Rojo” de la charneguita descastada. Ese silencio, no pensado por el director, refleja la realidad de una sociedad clasista hasta la medula, xenofoba como pocas… la de la Cataluña nacionalista, la que oprime y anula a sus ciudadanos en busca de una Ítaca imposible.

En los tiempos de la transición el secesionismo, llamarle independentismo es un piropo, era muy minoritario… pero los acomplejados meapilas de izquierda le dieron alas y así vamos… bueno van, que yo me largué.

Manda güebos! Se me jodió la noche y los garbanzos empezaron a dar vueltas en mi cabeza, mientras mis tripas reventaron de tanta mala ostia… la velada se jodió… recogí velas, fuime y no hubo nada.

El Farragüas.

Los Chozos del Arcipreste. Septiembre 2025