“Es un ataque contra todo el pueblo catalán. Sin contar a más de la mitad de la población que no opina como yo, que no es pueblo catalán, claro”

El “Proceso” independentista ya tiene su primera mártir: se llama Montse Venturós. Una joven treintañera, alcaldesa de la ciudad de Berga, que en dos ocasiones desobedeció la orden de la Junta Electoral de descolgar la bandera independentista catalana -popularmente conocida como “Estelada”- del balcón del Ayuntamiento durante las elecciones autonómicas del 27-S y las Generales  del 20-D. La razón es que la “Estelada” no es una bandera oficial ni reconocida legalmente, y su colocación podía influir en el proceso electoral. Así pues, el Juzgado nº 1 de Berga la requirió en dos ocasiones y no acudió a declarar ante el juez. Tampoco justificó su ausencia. Y claro, llegó el día en que la justicia tuvo que actuar. Y ordenó a la policía catalana detenerla. Igual que a todo hijo de vecino.

“Son unos miserables”  -declaró después de que se le levantara el arresto, tras haber prestado declaración- “Imagínese: los Mossos d’Esquadra llegaron a mi casa a unas horas intempestivas: ¡Eran nada menos que las siete y media de la mañana! ¡En plena noche! ¡Si a esa hora van los obreros a trabajar! ¡Y encima no penetraron en mi vivienda, y me dejaron todo el tiempo que quise para vestirme y prepararme! ¡Intolerable!”. A este respecto, Benet Salellas, que es diputado autonómico de la CUP y se encarga de su defensa legal, manifestó su desagrado por las circunstancias de la detención: “Deseábamos que el arresto no se produjera… pero si tenía que pasar, que fuera a las doce de la mañana, en el Ayuntamiento, después de haber avisado al Partido, a TV3, a la BBC, al Tribunal de Estrasburgo de Derechos Humanos, a la ONU, a Esquerra Republicana, a la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y al Movimiento Em cago en Espanya perquè em surt dels collons (“Me cago en España porque me sale de los cojones”)… Ah, y después de haber convocado una manifestación y una jornada de lucha, que no se me olvide. También nos hubiera gustado algún zarandeo, algún empujón. Vamos, lo que viene a ser un arresto normal, no esto”. Y remachó: “Y si la policía le hubiera provocado algún moratón, ya ni le cuento. Nos da un orgasmo. Ya estoy viendo los titulares: “Escalada represiva del brutal Estado Español contra una indefensa independentista. No sólo nos roban. Ahora también nos pegan”. ¿Se imagina? Es que salimos en la portada del Time, seguro”.

Curiosamente, Esther Quintana, la desafortunada ciudadana a la que una bala de goma de la policía catalana vació el ojo en la última huelga general, se mostró muy crítica con las circunstancias del arresto:  “Unas tanto y otras tan poco. Montse Venturós incumple la ley, alardea de ello, y la detienen con tacto exquisito y guante de seda. Yo no hago nada, y me dejan tuerta”. Esther Quintana ya ha sido declarada “Persona Non Grata” por la CUP y cubierta de insultos en las Redes Sociales.

Tras prestar declaración ante el juez y ser puesta en libertad, la alcaldesa se despachó con estas palabras: “Mi detención es un ataque contra todo el pueblo catalán. Sin contar a más de la mitad del pueblo catalán que no comulga con mis ideas, que esos no son ni pueblo y mucho menos catalán, claro”.