“Lo voy a mandar a Marte de una patada en el culo”, dice Trump. “Le voy a rebanar las criadillas con la motosierra de Milei”, contesta Musk.

Se les rompió el amor de tanto usarlo…

Poco ha durado el tándem Trump-Musk en la Casa Blanca. La pareja de muchimillonarios ultrafachas que odian a los negros, a los chinos, a los hispanos, a homosexuales y transexuales y hasta a sus paisanos blanquitos, ricos y europeos cuando no les lamen las botas entre sumisas genuflexiones, que sólo aman a las mujeres para fabricar muchos hijos con ellas, o mejor dicho en ellas, o para lucirlas como Barbies de plástico en sus fiestas de alta sociedad o para pasar el rato en hoteles de lujo, entre consejo y consejo de accionistas, y que habían decidido acabar mano a mano con lo poco, casi nada, prácticamente nada, de escuálido “Estado del Bienestar” que pudiera quedar en Gringolandia a base de despedir funcionarios y retirar subvenciones a hospitales, universidades y comedores de indigentes, que prometían conquistar Marte y amenazaban con anexionar Panamá, Canadá y Groenlandia, han acabado entre ellos como el Rosario de la Aurora.

Nadie sabe como ha sido, pero la bronca ha venido. Naranjito Trump dice que va a cancelar los contratos y le va a retirar las subvenciones a las megaempresas del Pelón Musk (ah, pero, ¿estaban subvencionadas? ¿No eran ambos tan amantes del libre mercado y de la no intervención del Estado, si no es para poner aranceles a lo que viene de fuera? A ver si esas empresas habían llegado a ser tan grandes precisamente gracias al compadreo…). Y el despechado racista sudafricano Musk insinúa, o más que insinuar va pregonando a gritos, que el rijoso viejo verde-anaranjado Trump sale en la lista Epstein ésa de millonarios pederastas que los conspiranoicos del MAGA utilizaban hasta ahora para esparcir mierda sobre la élite intelectual a la que tanto desprecian. Que con lo baboso que es tampoco nos extrañaría demasiado.

Ya sólo falta que Trump amenace a Musk con enviarle a Marte de una patada en el culo y Musk con usar la motosierra que le regaló Milei para rebanarle a Trump las criadillas, ante el esperanzado regocijo de la Barbie ustachi recauchutada Melania. “¡Eso, eso, que se las corte!”, dicen que la han oído exclamar las malas lenguas en el Ala Este de la Casa Blanca, acordándose de las siliconadas glándulas mamarias de la pornostar Stormy Daniels.

Mientras tanto, la fachosfera española y mundial cruza los dedos para que los cascotes desprendidos durante el enfrentamiento entre los dos émulos de King Kong y Godzilla caigan todos sobre los chicanos cabreados de Los Ángeles, que ya empiezan a acordarse de Pancho Villa y hasta del general Santa Ana, y no acaben saltando el charco y descalabrándolos a ellos, ahora que se las prometían tan felices con la ventolera reaccionaria que sacude el mundo de Norte a Sur y de Oriente a Poniente y que amenaza con llevarse por delante todos los derechos y libertades mejor o peor conquistados, por aquí y por allá, desde que Hitler se encerrara en su búnker para saltarse los sesos con los soviets llamando a su puerta y a Mussolini lo colgaran boca abajo en una gasolinera como si fuese un anuncio de Pirelli.

“El que quede en pie cuando acaben de pegarse es el que tenía la razón desde el principio, que para eso están las ordalías”, ha afirmado para Charnego News el líder de UltraVox Santi Cierraspaña Abascal curándose en salud e imitando como siempre a su añorado maestro, el caudillo Fachisco Franco, que durante toda la II Guerra Mundial se dedicó a ponerle una vela a Hitler y otra a Churchill y a los americanos, que para eso era del Ferrol de Sí Mismo y nunca se sabía si subía o si bajaba la escalera.

Blancanieves-Maléfica Ayuso, mucho más clara y echá p’alante, que para eso es chulapa y mandrileña, no ha dudado en cambio en aconsejar a Trump que tenga la misma compasión con Musk que mostró ella con Pablo Cascado cuando se lo zampó de un mordisco por buscarle las cosquillas con lo de las mascarillas al hermano de la chulapresidenta, igual que el temerario del fiscal general del Estado García Ortiz se las ha querido buscar luego a su churri, el paisano-ciudadano particular González Mamador, que no saben éstos con quién se meten, aguántame el cubata.

Y, para acabar el trío de ases de la fachoderecha española, el ciberagitador y profesional del bulo Al Pan, Pan, y Alvise-Pérez ha dicho que a él le da lo mismo mientras le sigan dejando cobrar el sueldo de eurodiputado, que para eso se metió él en este sarao, y que piensa seguir chupando del bote mientras para él no se acabe la fiesta.