Pujol solicitó a la infanta Cristina el ingreso en su Club de Cónyuges Ignorantes y Engañados.

Fuentes que han solicitado mantener su anonimato, pero generalmente bien documentadas, han informado a Charnego News de nuevas filtraciones procedentes de un selecto local de la zona alta de Barcelona en la que suelen almorzar destacadas personalidades de la vida política catalana, y que bien podría ser el restaurant “La  Camarga” (o no serlo… vaya usted a saber).

Según estas fuentes, el ex president Pujol pudo ser visto hacer pocos días en dicho local tomando un café con la infanta Cristina y compartiendo ambos una actitud claramente decaída, llorando, abrazándose y lamentándose mutuamente de las acciones desleales y taimadas de sus respectivos cónyuges, los cuales habrían traicionado vilmente la confianza en ellos depositada, y de las cuales tan taimadamente se había hecho eco la prensa, con el injusto descrédito que ello, a ambos, les había ocasionado.

“¿Cómo iba yo a saber que mi Marta, mi Martita, se carteaba a mis espaldas con esos intrigantes de banqueros andorranos que tenían que velar por la herencia del abuelo Florenci? ¿Y que además, rozando el sacrilegio, se hacía pasar por una tierna monjita para ello, con lo de misa que siempre hemos sido? ¿En cuántas cosas más me habrá mentido?”, gimoteaba el molt ex honorable president, acompañando sus lamentos por grandes suspiros y moquear desaforado, y mientras la Infanta le palmoteaba la espalda y pedía con gestos a los camareros una nueva remesa de pañuelos Kleenex, porque los anteriores ya se habían acabado.

Cuando por fin pudo recobrar la compostura y secarse las lágrimas del ojo de los guiños, cuyo tic se había vuelto a disparar como en sus mejores tiempos (en los mejores tiempos del tic, y en los mejores tiempos del pujolismo en Cataluña), el ex president le confió también a la real infanta la honda decepción que le había causado el comportamiento de sus hijos, porque “los he dejado demasiado tiempo solos, entregado como estaba a mi país”.

Se lamentaba de que nunca había prestado demasiada atención al dinero que se manejaba en la familia, pues, como es de todos conocido, Jordi Pujol siempre ha sido una persona poco materialista, y totalmente despreocupada por la ostentación, por lo  que ni se fijaba en los modelitos de Marta ni en las casitas que a esta le gustaba decorar para entretener el tiempo que él no le dedicaba. Como tampoco reparó en los cochecitos con los que jugaba su hijo mayor, pues consideraba todos tenemos nuestros pequeños caprichos sin importancia (él mismo siempre ha sido coleccionista de sellos, quien no tiene esas inofensivas veleidades), y que, en el caso de su mujer y de sus hijos, ello tal vez servía para compensarles de la falta de dedicación del paterfamilias, entregado como éste estaba, en cuerpo y alma, a la sublime causa de la libertad de Catalunya.

También se quejaba de que nunca se molestó en revisar las cuentas corrientes ni demás activos de la familia, porque nunca ha tenido ni cabeza ni ganas para ello. Él es un idealista que no entiende de números y al que lo mismo le da un tres que un treinta por ciento, cuando lo que se juega es el destino de la gran nación catalana. Y que por ellos se había sentido tan ultrajado por las deslealtades de sus personas más allegadas: su mujer, sus hijos, y sus más cercanos amigos y colaboradores, como Millet, Montull, Alavedra o Prenafeta.

De hecho comentó con la infanta que algunos de sus más allegados han llegado a decirle cosas tales como que: “Catalunya es el destino y ellos son el peaje”, y que, para que te roben otros, que se lo queden los de casa, los que siempre han sido los dueños del territorio, que al fin y al cabo ya era suyo antes de que llegaran estos arreplegats y ya estaban acostumbrados, y que total los pobres ni sabrían en qué gastarse el dinero, como se ha demostrado con los diputados socialistas que abusaron de las tarjetas black, que no sabían más que gastárselo en juergas, cuando los benestants de tota la vida invierten en bienes de larga duración que engrandecen el país.

“Catalunya es el destino, y nosotros somos el peaje”, le decían al President sus colaboradores.

A todo ello la infanta asentía, alegando que comprendía perfectamente cómo se sentía,  pues ella ha pasado por lo mismo, así como por el ultraje de que la gente  les considere corresponsables y no crea que ellos, con la candidez que les caracteriza, confiaban ciegamente en sus parejas y no habían dado nunca la más mínima importancia a lo material.

Además, como le dijo Cristina, en los círculos en que ellos se mueven, manejar esas cantidades de dinero es el pan nuestro de cada día,  por lo que ¿cómo iban a saber que lo que se gastaban sus consortes era más de lo normal? ¿Qué más dan dos o tres ceros más cuando está en juego el amor y la confianza? Y finalmente ofreció al molt ex honorable que ingresase como miembro de honor en su Club de Cónyuges Ignorantes y Engañados, cuyos lemas son “Yo de todo esto no sabía nada”, y “Lo único que hice fue firmar”.

Puestos en contacto con fuentes cercanas a la familia Pujol Ferrusola, éstas han manifestado que el matrimonio está atravesando una grave crisis, pues Jordi se ha sentido traicionado por Marta y en más de una ocasión se ha reprochado haber dejado en sus manos la educación de sus retoños, en vista de lo que éstos han aprendido de su madre.

Afirman que Jordi sostiene que debería haber dedicado más tiempo explicarles bien los conceptos a sus hijos, y que cuando les decía que els nouvinguts eran gente peligrosa y advenediza que quería acabar con su hermosa cultura catalana y con la que mejor no mezclarse demasiado, no vaya a ser que se les pegara algo malo, no quería decir que tuvieran que explotarles y rapiñarles sus bienes, sino tan sólo ayudarles a ser buenos catalanes enseñándoles las hermosas costumbres catalanas, para que finalmente pudieran ver la luz, tal como quedaba reflejado en la maravillosa miniserie de TV3 “La Mari”. Y que ya está preparándoles una buena regañina para cuando vaya a verles a Soto del Real.

Un comentario en «Nuevas e inesperadas filtraciones del Restaurant “La Camarga”»
  1. Ahora entiendo por qué un cura que conocía – que e p d – decía que para él J.P. siempre sería M.H

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